París-Niza 1989, penúltima parada: Murcia
By sergio 9:58 Kuurne , PCM12 , Reynolds , Season 1989 , Vuelta Murcia
VUELTA A MURCIA
Llegaba el Reynolds-Banesto a la prueba murciana con el núcleo duro de la formación que presentará en París-Niza al frente. Los Indurain, Gorospe, Delion... han de ser los protagonistas en la primera cita verdaderamente importante del calendario y como si de un ensayo general para ésta se tratase, así se tomaron mis chicos la mini-ronda levantina, reducida a sólo dos jornadas. Sin unos rivales de verdadera enjundia (Farfán, Saronni, Golz, Pedro Saúl Morales, Murgialday... encabezaban la discretísima participación del resto de equipos) parecía obvio que Reynolds como equipo e Indurain como líder, eran los rivales a batir. Por eso, no sólo era importante ganar, también hacerlo sin dejar un resquicio de duda.
¿Luz Ardiden? ¿Alpe d'Huez? No, Sierra Espuña. Epic |
Eran 9.4 kilómetros completamente llanos y Delion gozaba de una ventaja de 42" sobre Roberto Conti y sobre todo, de 57" sobre Indurain. Era claramente inferior al navarro en crono ¿pero tanto como para perder la general final? ¿Tanto como para perder más de 6" por kilómetro? Las diferencias entre los corredores que iban llegando a meta parecían aventurar que las distancias iban a oscilar entre los 10 y los 30" pero que 1' era algo más que quimérico. Sin embargo, la llegada de Gorospe, 7º clasificado el día anterior, supuso un aliciente. El vizcaíno sorprendió con un extraordinario crono, batiendo en 17" el del anterior número 1, el holandés de Paternina, René Beuker. Unos minutos después, una nueva sorpresa: Indurain no era capaz de mejorar el tiempo de su compañero y quedaba relegado a la segunda plaza, a 1" de Gorospe, virtual vencedor de etapa pues ya sólo restaba el líder por llegar y estaba claro que no iba a poder batir al de Mañaria. Pero si la victoria de etapa había sido dramática más aún fue la victoria en la general. El tiempo de 12'33" obligaba a Delion a llegar antes de los 13'30". El francés, exprimiéndose al máximo llegaba a meta exhausto... con un tiempo de 13'32". Había perdido la general final por 2" frente a su compañero Indurain que, como ya había sucedido en Algarve, cimentaba su victoria en la crono y se abonaba a la agonía como estilo de vida. Si en la ronda portuguesa había sido vencedor por puntos, aquí le habían sobrado 2". Esperemos que Niza le corone con algo más de holgura.
KUURNE-BRUXELLES-KUURNE
El primer fin de semana de adoquines del año concluía el domingo 26 de febrero con la disputa de la Kuurne, una prueba que, tradicionalmente, siempre se me ha resistido, quizá porque la he corrido siempre con una mentalidad excesivamente agresiva, como si en lugar de 5 tramos de adoquines hubiese 20. Pero con este frágil equipo para el pavés que me he montado en el Reynolds, no me cabía otra que correr, como ya había hecho en la Omloop, a la contra, esto es, esperando movimientos de las escuadras más poderosas e intentando intuir cual sería el momento decisivo. Mi apuesta, en este caso, era llegar lo más entero posible al último tramo de adoquines, a unos 40 kilómetros de meta, y ahí forzar para reducir el grupo al mínimo y dejarme llevar el resto de la carrera para hacer valer mi punta de velocidad en meta.
La táctica fue saliendo más o menos según lo previsto, aunque muy pronto me vi demasiado solo y sólo Peio Ruiz Cabestany estuvo junto a Sean Kelly hasta ese decisivo último tramo donde fue, precisamente el vasco quien propició el primer acelerón al que su compañero le dio continuidad inmediatamente. De ahí la carrera salió ya lanzada y con un reducido grupo de 21 corredores al frente. Kelly, nuevamente, se encontraba solo aunque, eso sí, bastante fresco.
Pero Kelly era de los pocos interesados en que aquello se resolviese al sprint, por eso los continuos ataques de los Vanderaerden, Wampers, Demol o Van Hooydonck propiciaron que de 21 el grupo quedase reducido a 10. La victoria estaba cada vez más cerca para el irlandés de Reynolds pues, en la última purga, había caído el suizo Freuler, el más rápido, a priori, de los 21.
Las fuerzas estaban muy igualadas y nadie pudo destacarse sobre el resto, así que la llegada al sprint, en el grupito de 10, se volvió inevitable. Vanderaerden entró primero en el último kilómetro con Kelly perfectamente colocado a su rueda y Capiot a la de este. A 800 metros, el irlandés salió de la rueda del belga... y se encontró con el fuerte aire de cara. Y aunque consiguió meter su bici casi a la par de la del corredor de Panasonic, no pudo adelantarle y éste se acabó convirtiendo en el vencedor final. Kelly, 3º en la Omloop, era 2º en la Kuurne y se mostraba así como el más regular. Pero se iba de Bélgica sin victoria. Roubaix cada vez se presenta más difícil.
Sean Kelly y su largo invierno de gloria
By sergio 11:35 Omloop , PCM12 , Reynolds , Season 1989 , Vuelta Andalucía
VUELTA A ANDALUCÍA
Después de la exigente victoria de Mallorca, el irlandés Kelly se plantaba en la línea de salida de la segunda carrera del calendario español como gran favorito para alzarse con la victoria final. El recorrido, además, le favorecía aún más que el de la ronda insular (una crono de 9 kilómetros, dos llegadas al sprint y dos etapas de media montaña, con finales en alto pero de una dureza y una longitud más que asequible para el líder del Reynolds-Banesto). La nómina de favoritos tampoco daba lugar a muchas alternativas y sólo Álvaro Pino, Marco Giovanetti o Erik Breukink se presentaban como alternativas reales.
Pero Kelly no estaba por la labor de hacer concesiones de ningún tipo y ya en la primera etapa, la citada crono, se hacía con el liderato de la prueba, luego de mejorar en 5" el tiempo que había marcado el polaco de Malvor-Sidi, Lech Piasecki. Vestido de amarillo fue capaz de disputarle la victoria final en la 2ª etapa, como ya había hecho en la primera etapa de Mallorca, al holandés del Paternina, el velocista del momento, Mathieu Hermans. Y vestido de amarillo se presentó a la salida de la etapa reina, la 3ª, que saliendo de Málaga acababa en el Alto del Santuario de la Virgen de Araceli, una breve subida, ideal para las características del irlandés que, haciendo valer además su afinadísimo punto de forma, se imponía sin excesivos problemas por delante de un sorprendente Alan Peiper, que entraba a 21", y de un reducido grupo de elegidos donde figuraba otro ilustre Reynolds, Julián Gorospe, y alguno de los favoritos, como Pino, Visentini o Giovanetti. Todos a 30". Breukink, sin embargo, hacía un Andy y cedía más de 6'.
Kelly consiguiendo la 2ª de sus 3 victorias de etapa en la Vuelta a Andalucía |
La victoria de Kelly le consolidaba como líder indiscutible de la prueba y más cuando al día siguiente volvía a repetir podio, devolviéndole esta vez la afrenta a Hermans, a quien batía en un ajustadísimo sprint en Las Gabias. 3 victorias y 1 segundo puesto en 4 etapas era el asombroso balance del irlandés que debía afrontar en La Guardia de Jaén la ultima prueba de fuego para refrendar su segunda victoria del año. Y lo que sucedió fue que la etapa acabo convertida en un paseo militar a mayor gloria del Reynolds-Banesto. Ya de inicio se formó una fuga de corredores absolutamente intrascendentes para la general en la que se filtró Bruno Cornillet. El galo, que había trabajado en los días anteriores para Kelly, aprovechó su "día de asuntos propios" para lucirse. Haciendo valer su superioridad respecto al resto de sus compañeros de fuga en las subidas, los fue soltando a todos y de paso consiguiendo una ventaja más que notable para saberse vencedor desde mucho antes de que la etapa acabase. Tuvieron que pasar más de 10' desde que el flamante vencedor de etapa se coronase como tal para que la avanzadilla del pelotón, liderada por el ya sí, vencedor final, Sean Kelly, llegase a meta. Enrique Aja hacía 3º y justo detrás se presentaba Julián Gorospe, que se alzaba además hasta el tercer puesto de la general final. El dominio de los chicos de Reynolds había sido absoluto: 4 etapas de 5 (las 3 de Kelly más la de Cornillet), la general final (Kelly), el tercer puesto final (Gorospe), la montaña (Cornillet), los puntos (Kelly) y la clasificación por equipos. No siempre va a ser tan fácil ganar, pero de momento lo disfrutamos.
OMLOOP HET VOLK
La primera gran clásica de pavés de la temporada se presentaba como un magnífico test ya no sólo para medir el momento de forma del irlandés Kelly, que había quedado claro que era magnífico, también para poner a prueba el funcionamiento de un equipo con unos recursos muy limitados para este tipo de pruebas. A priori, Dominique Arnaud y Peio Ruiz Cabestany, sin ser verdaderos expertos en estas pruebas, eran los únicos capacitados para estar en el tercio final junto a Kelly. Enfrente, auténticos ejércitos de flahutes dispuestos a destrozar la carrera en cuanto el asfalto se volviese irregular. PDM, Superconfex, Panasonic, Hitachi... todos ellos presentaban unas escuadras extraordinarias, con dos y hasta tres vencedores potenciales. Por eso las intenciones de los míos estaban claras desde el principio: arropar a Kelly hasta donde fuese posible y a partir de ahí, correr a la contra, aprovechando la buena punta de velocidad del irlandés. Si había fugas, que persiguiesen otros. Si había ataques, que fuese de otros. El irlandés de lo único que tenía que preocuparse era de estar siempre en el grupo cabecero y, en última instancia, moverse a rebufo de las maniobras de sus rivales. El plan se fue desarrollando a la perfección hasta el punto de que cuando se afrontaron los 5 tramos finales de adoquines, en los últimos 50 kilómetros, tanto Arnaud como Cabestany, estaban aún junto a su líder. Pero a partir de ahí comenzaron los ataques y en seguida Kelly se vio aislado frente a las poderosas escuadras belgas y holandesas.
El momento clave se vivió en el último tramo, cuando el belga Van Hooydonck hizo su apuesta. Inicialmente nadie salió a por él así que decidí mantenerme a la espera, a rueda de los Panasonic y los PDM. La persecución, sin embargo, se volvió estéril. El belga de Superconfex abría hueco y por detrás nadie parecía dar el paso definitivo para echar abajo la fuga. Fue entonces cuando otro belga, este de Panasonic, Jean-Marie Wampers, lanzó un ataque. A éste si había que salir pues sin Superconfex ni Panasonic tirando, la caza iba a ser imposible. Kelly logró coger la rueda del joven belga pero a la suya se colocó Vanderaerden, compañero de equipo de Wampers. Kelly contra dos corredores del mismo equipo y a todo esto Van Hooydonck fugado, con 1' de ventaja. Relevar era un suicidio, nadar para ahogarse en la orilla. Cabía la opción, si no se iba excesivamente rápido, de recuperar algo de fuerza para lanzar un último ataque e intentar cazar a Van Hooydonck en solitario, sin embargo no hubo manera. Vanderaerden hacía unos relevos tan brutales que Kelly apenas era capaz de mantenerse a rueda. Pero es que además Van Hooydonck iba incrementando su ventaja hasta presentarse con 1'22" de adelanto sobre el trío perseguidor, donde un Wampers reservón no tuvo problemas para batir a Kelly en la siempre desangelada lucha por la segunda plaza. Vanderaerden, exhausto, bastante hacía con entrar en el mismo tiempo, aunque fuese cuarto.
Así concluía el primer test sobre adoquines con algunas lecciones bien aprendidas que habrá que poner en marcha de cara a las grandes citas del año, allá por la primera quincena de abril.
Van Hooydonck primero. Detrás: la nada |